Vamos a tomar mezcal

¿En copa , en jícara, en vaso de veladora o en caballito?

El mezcal comenzó tomándose en jícara de tecomate, la cual ayuda a la oxigenación y a mantener la temperatura del destilado. También se acostumbró a tomar en vaso de veladora y pasó a servirse, en restaurantes y bares, en caballitos de tequila. Los catadores o aquellos que conocen y gustan de explotar al máximo lo que el mezcal da, lo toman en copas de globo amplio tipo coñaqueras o en copas para destilados, pero, ¿cuál es la mejor manera?

No es que por la forma en que lo tomemos el mezcal dejará de ser delicioso, tampoco hay una regla que diga que solo debe tomarse de determinada manera; sin embargo, recordemos que al estar ante un destilado rico en aromas y sabores, éste puede apreciarse más en copas que distribuyan el alcohol en las paredes, resguardando en el centro las esencias que la cocción, la fermentación, los agregados o el reservado, le han otorgado en complicidad.

El vaso de veladora, la jícara y el caballito no tienen cuello, por lo tanto los aromas se dispersan rápidamente, sin dar tiempo suficiente para apreciarlos, en este escape intempestivo van los olores etílicos que, al llegar de golpe a la nariz, llegan a complicar su percepción.

Por eso, desde el 22 de octubre de 2009, existe oficialmente la copa mezcalera. Esta copa se considera ideal para disfrutar el mezcal por su forma alargada y al ser más ancha en la parte baja.  Fue pensada por un grupo de conocedores y amantes del mezcal, que más allá de buscar modificar la tradición mezcalera, aseguran querer potenciar y posicionar la bebida.

Solo se trata de conocer que existen copas que permiten disfrutar más de lo mucho que ofrece este destilado mexicano. La única verdad es que el mezcal es creado para hidratar el alma y este puede ser tomado en vaso de veladora, jícara o donde se elija. Lo realmente importante es tomar mezcal, brindar con él, llorar con él, reír con él y vivir con él.