Mezcal y vino

Semejanzas entre la cultura vinícola y la mezcalera.

 

El mezcal es una bebida alcohólica cuya popularidad ha ido en gran aumento durante el último par de décadas, razón por la cual no es sorpresa que constantemente sea comparado con una de las bebidas más icónicas de nuestro país: el tequila. Probablemente esta comparación se debe a que ambos destilados son de origen mexicano y elaborados con agave; sin embargo, prácticamente ésa es toda la extensión de las semejanzas. Si tuviéramos que encontrar una bebida cuya cultura fuera equivalente a la del mezcal, probablemente sería la del vino.

En primer lugar, al igual que el vino, el mezcal es un destilado rico en aromas y sabores, los cuales dependerán de la materia prima con la que éste fue elaborado, pues así como existe un gran variedad de tipos de uva, hay variedades de agaves. Así como se clasifica el vino en malbec, merlot, pinot noir o cabernet sauvignon, existen mezcales de espadín, arroqueño, tobalá, cuishe, jabalí, etc.

Como en el caso del vino, el mezcal variará según la región donde fue elaborado, pues aunque lo primordial del proceso se mantiene, no será exactamente el mismo sabor entre un mezcal oaxaqueño y uno producido en Zacatecas, así como no es igual un vino francés que uno argentino. Al final del día ninguno es mejor que el otro, pero habrá una distinción que dependerá del gusto particular de una u otra persona.

Otra similitud de gran importancia es el arte que implica crear un buen maridaje. En ambos casos el acompañamiento de la bebida diferirá según el tipo de añejamiento y el tiempo que dure, la especie de la uva o el agave y a los sabores propios de cada uno. Por eso hay mezcales y vinos que se adecúan más para el acompañamiento de postres, carnes blancas o para cortes grasos muy especiados.

Finalmente, al igual que en el caso del vino, al momento de elegir un mezcal, los productores suelen brindar información crucial en las etiquetas, la cual servirá como una guía al momento de hacer una compra, pues cada pequeño detalle, desde el tipo de producción hasta la materia prima con la que se elabora, influyen en el producto que se elige al final.